Amilivia manifiesta la “buena gestión” de la Universidad de León por “la positiva situación económica y un adecuado control interno”
- Las 5 recomendaciones enviadas por el Consejo de Cuentas a la ULE fueron aceptadas, señaló el presidente del órgano de control
- Datos como la ejecución presupuestaria, el superávit cosechado en los 4 ejercicios analizados, la cancelación de deuda o el remanente de tesorería dan fe de su óptima situación
- Entre las recomendaciones del Consejo, aumentar el grado de ejecución de las inversiones reales y corregir su excesiva liquidez
El presidente del Consejo de Cuentas, Mario Amilivia, significa durante su comparecencia en la Comisión de Economía y Hacienda del Parlamento autonómico la "buena gestión de la Universidad de León", una "buena salud económica", en base a su "positiva situación económico-financiera y un control interno adecuado a la legalidad".
El presidente del órgano de control compareció con dos fiscalizaciones que analizan la situación económico-financiera de las universidades de León (ULE) y de Burgos (UBU), así como de sus respectivos entes dependientes. La auditoría de la universidad leonesa, entregada a las Cortes el 9 de diciembre de 2021, analiza su situación económico-financiera, identificando sus indicadores más relevantes, observando su evolución y comportamiento, así como alertando de las desviaciones más significativas detectadas en ellos.
El trabajo atiende para ello a las cuentas rendidas en el ejercicio 2019 y en los tres anteriores, poniendo el foco en aspectos relacionados con la financiación de la institución académica y en determinados tipos de gasto. El informe, explicó Amilivia, recoge 26 conclusiones y 5 recomendaciones que ya han sido objeto de seguimiento en el informe anual elaborado por el Consejo de Cuentas, siendo todas ellas aceptadas.
En primer lugar, con relación a la organización, la ULE contaba en el curso 2019/2020 con 45 grados o dobles grados, 34 títulos de máster y una amplia oferta en doctorandos y títulos propios, así como un proyecto de internacionalización y de extensión universitaria. Amilivia destacó que, dentro del organigrama de la ULE, la oficina técnica de control interno, que depende funcionalmente del rector y está adscrita a la gerencia, realiza sus actividades bajo la supervisión del Consejo Social, en línea con lo recomendado por el Consejo de Cuentas.
La entidad con actividad a lo largo de los 4 años del periodo analizado en cuyo capital o fondo patrimonial equivalente la participación de la ULE es mayoritaria es la Fundación General de la Universidad de León y de la Empresa (FGULEM).
Con relación al presupuesto, el Consejo Social aprobó el correspondiente al ejercicio 2019 en junio del mismo año, prorrogándose hasta entonces el del año anterior, siendo esta la tónica habitual. Retrasos que, continuó el presidente, limitan fuertemente su carácter de instrumento de planificación y control. El presupuesto definitivo en los tres primeros ejercicios fue disminuyendo ligeramente respecto al ejercicio anterior con una reducción algo superior al 1% de media. Sin embargo, en 2019 se produjo un incremento interanual del 7,77%, por lo que la variación del periodo 2016-2019 fue del 6,47%.
El importe de los derechos reconocidos netos en 2019 fue de 92,41 millones de euros, incrementándose el 3,75% sobre el año anterior y el 7,14% con relación a 2016. Los ingresos por operaciones corrientes representaron en los ejercicios analizados entre el 96% y el 92% del total, con evolución decreciente. Los ingresos por operaciones de capital se movieron en un intervalo del 3% al 6% y los procedentes de operaciones financieras solo suponen algo más del 1ª %.
A lo largo del periodo objeto de la auditoría la financiación propia significó una media del 24% de los recursos. Su importe, 18,94 millones de euros en 2019, ha tenido una tendencia decreciente con una disminución en los 4 años del 20,35%.
En cuanto a la financiación ajena, esta supone una media del 76% del total. Su importe, 73,47 millones de € en 2019, aumentó en los 4 años 11 millones, un 17,61% y de ella la financiación de la Comunidad Autónoma representa de media anual el 90%. La financiación autonómica, cuyo importe total en 2019 era de 66,20 millones, se incrementó en los 4 años analizados en 9,88 millones, el 17,56%.
Con relación a la ejecución presupuestaria, presentó una ligera tendencia creciente, situándose 3 años en torno al 85% y alcanzando en 2018 su valor más alto, el 88,53%, demostrándose rigor en la previsión de ingresos, destacó Amilivia. En lo referente al total de obligaciones reconocidas netas en 2019, 89,15 millones de €, se incrementó el 4,18% con respecto al año anterior y el 7,90% sobre 2016.
En la liquidación de los gastos la relevancia de las operaciones corrientes es muy elevada, entre l 81% y el 84% del total en los ejercicios analizados. Las operaciones financieras tienen una relevancia muy pequeña, siendo el capítulo más relevante en el total de las obligaciones reconocidas el de gastos de personal, una media del 67%, aunque con tendencia decreciente, alcanzando un peso del 64,62% en 2019.
Por su parte, los gastos en inversión que representan una media del 14% se incrementaron un 52,33% en el periodo, y los gastos por pasivos financieros disminuyeron un 46,9%, aunque en 2019 aumentaron por la decisión de cancelar en ese año la totalidad de la deuda mantenida con entidades de crédito. La ejecución presupuestaria de los gastos presenta una media del 83% en el periodo.
El resultado presupuestario de la ULE en 2019 alcanzó los 7,47 millones de €, teniendo superávit todo el periodo, aunque con una tendencia decreciente. Por otra parte, los indicadores de ahorro bruto y neto fueron positivos, significando por lo tanto que los ingresos corrientes pueden cubrir los gastos de funcionamiento de los servicios y la carga financiera de la deuda, pudiéndose destinar el exceso a financiar inversiones que la ULE carece de endeudamiento con entidades financieras desde 2019.
Otro de los indicadores -el remanente de tesorería para gastos generales- fue positivo en todos los ejercicios analizados, ascendiendo a 35,77 millones de € en 2019, lo que expresa, manifestó Amilivia, la situación de liquidez de la universidad, con una alta solvencia financiera a corto plazo.
Con relación al análisis del balance, el total del activo y pasivo de la ULE entre 2016 y 2019 se incrementó un 4,54%, pasando de 188,74 millones de € a 197,31. Amilivia apuntó que los distintos índices de liquidez reflejan la capacidad de la entidad para mantener un equilibrio financiero, estando su solvencia fuera de toda duda, si bien los valores de liquidez se sitúan por encima de lo aconsejable. La tendencia de los indicadores es creciente, lo que supone la existencia de un excedente de tesorería que no se rentabiliza.
En cuanto al análisis del resultado económico-patrimonial, este fue positivo en todo el periodo, pasando de 9,34 millones de € en 2016 a 3,47 en 2019.
Con relación a la FGULEM, los distintos índices de liquidez reflejan su capacidad para mantener un equilibrio financiero, situándose los valores de liquidez y solvencia por encima de lo aconsejable, existiendo por ello un excedente de tesorería sin invertir.
Por último, las recomendaciones aceptadas por la Universidad se centran en aspectos como la regulación del control interno, la aprobación de las cuentas anuales, la ejecución del presupuesto o la conveniencia de que tanto la ULE como su Fundación corrijan su excesiva liquidez, así como establecer fórmulas para utilizar el importante excedente de tesorería a fin de mejorar la rentabilidad, entendida esta no exclusivamente en términos financieros sino también en términos de potencial servicio o beneficio de la colectividad.